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viernes, 25 de febrero de 2011

Un aporte a la criminalización de la pobreza

por Verónica Franco
Licenciada en Ciencias de la Comunicación,
orientación en Opinión Pública y Publicidad. UBA

Policías en Acción
 

Los medios de comunicación tienen una gran incidencia en la construcción de los imaginarios sociales. Si bien es cierto que el consumidor mediático es “activo” en relación a lo que ve en la televisión -es decir, que no es sólo un receptor pasivo si no que mantiene una actitud de reflexión y discernimiento ante lo que mira-, es imposible negar o minimizar el poder real de influencia que ejercen los medios de comunicación en el conocimiento social de determinadas cuestiones.
En esta nota analizaremos el docusoap (documental-drama) Policías en Acción desde una perspectiva cultural con el objetivo de observar la imagen que construye de las clases populares, los temas y problemáticas que relaciona a ellas, cómo presentan sus prácticas y su forma de vida.

En este sentido, el aporte teórico de Stuart Hall nos sirve para guiar nuestro enfoque; el autor concibe a la cultura como un campo de lucha por la apropiación del sentido y a la cultura popular como un sector dominado (cultura de la “periferia”) y en conflicto con el bloque de poder (cultura de élite o dominante). Así lo expresa:

Las realidades de la vida de la clase obrera se reorganizan, reconstruyen y reconfiguran según la forma en que se representen, por ejemplo, en un programa de TV… Las industrias culturales tienen el poder de adaptar y reconfigurar lo que representan,… imponer e implantar aquellas definiciones de nosotros mismos que más fácilmente se ajusten a las descripciones de la cultura dominante o preferida. (Hall, 1984:101)
En otras palabras, las realidades de las clases populares no se “reflejan” en el medio, sino que se “construyen”, se reinterpretan y se presentan siempre con una cierta ideología.

El programa

Policías en Acción registra el accionar de la Policía Bonaerense en los barrios de clase baja y villas miseria del Conurbano Bonaerense. Aunque centra su eje en la tarea de la policía, otorga un espacio importante a la narración de las historias de las víctimas y victimarios de distintos delitos y transgresiones a la norma (violencia familiar, conflictos vecinales, accidentes viales, robos, etc.).
Precisamente, los protagonistas de los delitos (los que los sufren y aquellos que los cometen) pertenecen a las clases populares (vecinos de barrios populares y villas), y se evidencia la ausencia de otros sectores de clase media y alta (y los barrios donde viven éstos).
Las transgresiones a la ley son exhibidas siempre como sucesos de la vida cotidiana -y no como hechos extraordinarios- de las clases populares, en otras palabras, se presenta al delito como forma de vida, como elemento constitutivo de la cultura popular. Ésta cultura es definida en contraposición a otras culturas (en varias emisiones se exhiben prácticas de sectores medios y altos, se comparan los lugares de veraneo de una y otra clase, las diferentes prácticas y visiones del mundo de cada una) y, en el programa, a través de los títulos, la música y los sonidos se “comenta” de manera burlesca sobre los sucesos en que están involucradas las clases populares y su opinión sobre los acontecimientos.
Este docusoap se inscribe en la tendencia en los medios que surgió en la década de los ’90: se espectacularizó el tratamiento de la información en realitys y noticieros y el crimen se trató como entretenimiento de masas. De esta manera, sigue un camino que expone las miserias humanas y ostenta las peores desgracias de la vida cotidiana como fórmula exitosa para la televisión nacional (y mundial).

Conclusión

Es imposible desconocer el contexto sociohistórico en el cual se genera el discurso mediático elegido para el análisis. En la actualidad, en nuestro país se registran situaciones diarias de delito y violencia, lo que socialmente se conoce como “inseguridad”, y los medios de comunicación tienen un rol importante en la forma en que se produce la percepción social de la violencia y sobre los sectores responsables de este escenario. En otras palabras, poseen un rol preponderante en la construcción del espacio público debido a que son instituciones fundamentales en la construcción simbólica de imágenes corporales, identidades y sujetos sociales.

De esta forma, no se exhibe la miseria y la desigualdad como problemática social a solucionar en el primer lugar de las agendas mediáticas y gubernamentales, sino como inseguridad y criminalidad.

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