De pronto hubo un gran terremoto, pues un ángel del Señor bajó del cielo, se acercó, hizo rodar la losa del sepulcro y se sentó en ella. Su aspecto era como un rayo, y su vestido blanco como la nieve.
Los guardias temblaron de miedo y se quedaron como muertos.
Pero el ángel, dirigiéndose a las mujeres, les dijo: "No temáis; sé que buscáis a Jesús, el crucificado. No está aquí. Ha resucitado, como dijo. |
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Venid, ved el sitio donde estaba. Id en seguida a decir a sus discípulos:
"Ha resucitado de entre los muertos y va delante de vosotros a Galilea. Allí le veréis. Ya os lo he dicho".
( Mt, 28, 1-7) En la mañana de Resurrección vivimos la esperanza de un futuro mejor. |
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