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lunes, 31 de agosto de 2009

EL REINO DE DIOS NO ES ANUNCIADO A TODOS

El Reino no es proclamado a todos. No por decisión de Jesús, sino por la esencia misma del Reino. No se trata tanto de que Jesús establezca diferencias entre hacerse oír por unos o por otros, aunque a veces parece que sí hace estas diferencias (Mc 4,10-12). Pero lo básico está en que el Reino mismo no puede ser predicado indistintamente como Buena Noticia para todos. Según Jesús el Reino está destinado a los pobres; es de ellos; les pertenece. Sólo para ellos será causa de alegría. Y, de acuerdo con Jesús, la línea divisoria entre la alegría y la pena que habrá de producir el Reino pasa entre pobres y ricos.
Las bienaventuranzas de Jesús están dirigidas exclusivamente a los pobres, llorosos y hambrientos (Lc 6,22-23). Pero el Reino de Dios es una mala noticia -la causa de un "¡ay!"- para "los ricos", "los que ahora están satisfechos", "los que ahora ríen" (Lc 6,24-25). La venida del Reino significa el fin de estos privilegios. Para estas personas el Reino no puede ser una Buena Noticia si es que no están dispuestas a un cambio profundo de mentalidad y de vida. Por ello Jesús prevé que el anuncio del Reino había de ser motivo de escándalo para algunos. Con toda razón Jesús mismo concluye la cita de Isaías "los pobres son evangelizados" con "dichoso el que no se escandalice de mí" (Lc 7,23 y Mt 11,6). Los que se escandalizan y se indignan son los despreciadores de los pobres, pues están convencidos de que "esa gente, que no entiende de la Ley, están bajo la maldición de Dios" (Jn 7,49).
El Reino viene para los pobres y para hacerlos felices. Y esta noticia no puede sino ser mala para aquellos a quienes el Reino encuentre egoístamente apegados a "sus" riquezas. Sólo la conversión a la causa del pobre podrá hacer que los valores del Reino sean ocasión de alegría para ellos. Pero el caso es que muchos de ellos no quieren cambiar, ni quieren tampoco que cambien los pobres. "Viendo no ven y oyendo no entienden" (Lc 8,10). "Escuchan sin oír ni entender" (Mt 13,14), pues en el fondo no quieren "ni convertirse, ni que yo los cure" (Mt 13,15), dice Jesús.
Los opresores, los orgullosos, los ricos egoístas no sirven para el Reino. En Israel muchos de ellos se consideraban "justos" ante Dios. La actitud de Jesús le llevó a un serio conflicto con ellos, de tinte político-religioso. Hablaremos de esto en el capítulo octavo.
Pero digamos ahora que la exclusión es tan radical que Jesús previene a sus seguidores para que se cuiden de inficionarse del veneno de los excluidos del Reino. Jesús exige con insistencia a sus discípulos la comprensión del mecanismo de opresión ideológica y religiosa que aparta del Reino. Hay que conocer "los misterios del Reino" para aprender a desenmascarar y desmantelar todo mecanismo ideológico-religioso opresor.
Es necesario conocer "los secretos del Reino" para poder guardarse de una mentalidad opuesta y errónea, propia de los enemigos del Reinado de Dios. "Atención, cuidado con la levadura del pan de los fariseos y con la de Herodes" (Mc 8,15). Los discípulos han de estar atentos para no dejarse engañar por la mentalidad opuesta al Reino, por más que ciertos fariseos y gobernantes la pinten de lindos colores religiosos.

viernes, 28 de agosto de 2009

San Agustín

Buscar a Dios

No le reces a Dios mirando al cielo,
¡mira hacia adentro!
No lo busques a Dios lejos de ti,
sino en ti mismo...
No le pidas a Dios lo que te falta:
búscalo tú mismo,
y Dios lo buscará contigo,
porque ya te lo dio como promesa y como meta
para que tú lo alcances...
No reproches a Dios por tu desgracia;
súfrela con él y él sufrirá contigo;
y si hay dos para un dolor, se sufre menos...
No le exijas a Dios que te gobierne,
a golpe de milagros, desde afuera;
¡gobiérnate tú mismo!
Con responsable libertad, amando,
y Dios te estará guiando
desde adentro y sin que sepas como.
No le pidas a Dios que te respondas cuando le hablas;
¡respóndele tú!, porque él te habló primero,
y si quieres seguir oyendo lo que falta
escucha lo que ya te dijo.
No le pidas a Dios que te libere,
desconociendo la libertad que ya te dio.
¡Anímate a vivir tu libertad!
Y sabrás que sólo fue posible
porque tu Dios te quiere libre.
No le pidas a Dios que te ame,
mientras tengas miedo de amar
y de saberte amado, ¡ámalo tú!
Y sabrás que si hay calor es porque hubo fuego
y que si puedes amar es porque él te amó primero.

jueves, 27 de agosto de 2009

OBSTÁCULOS

Voy andando por un sendero.
Dejo que mis pies me lleven.
Mis ojos se posan en los árboles, en los pájaros, en las piedras.
En el horizonte se recorta la silueta de una ciudad.
Agudizo la mirada para distinguirla bien.


Siento que la ciudad me atrae. Sin saber cómo, me doy cuenta de que en esta ciudad puedo
encontrar todo lo que deseo.
Todas mis metas, mis objetivos y mis logros.
Mis ambiciones y mis sueños están en esa ciudad.
Lo que quiero conseguir, lo que necesito, lo que más me
gustaría ser, aquello a lo cual aspiro, lo que intento, por lo que
trabajo, lo que siempre ambicioné, aquello que sería el mayor
de mis éxitos.
Me imagino que todo eso está en esa ciudad.
Sin dudar, empiezo a caminar hacia ella.
A poco de andar, el sendero se hace cuesta arriba.
Me canso un poco, pero no importa.
Sigo.
Diviso una sombra negra, más adelante, en el camino.
Al acercarme, veo que una enorme zanja impide mi paso.
Temo.... dudo.
Me enoja que mi meta no pueda conseguirse fácilmente.
De todas maneras decido saltar la zanja.
Retrocedo, tomo impulso y salto...
Consigo pasarla.
Me repongo y sigo caminando.
Unos metros más adelante, aparece otra zanja.
Vuelvo a tomar carrera y también la salto.
Corro hacia la ciudad: el camino parece despejado.
Me sorprende un abismo que detiene mi camino.
Me detengo.
Imposible saltarlo.
Veo que a un costado hay maderas, clavos y herramientas.
Me doy cuenta de que están allí para construir un puente.
Nunca he sido hábil con mis manos
...Pienso en renunciar.
Miro la meta que deseo... y resisto.
Empiezo a construir el puente.
Pasan horas, o días, o meses.
El puente está hecho.
Emocionado, lo cruzo.
Y al llegar al otro lado.... descubro el muro.
Un gigantesco muro frío y húmedo rodea la ciudad de mis sueños......
Me siento abatido....
Busco la manera de esquivarlo.
No hay caso.
Debo escalarlo.
La ciudad está tan cerca....
No dejaré que el muro impida mi paso.
Me propongo trepar.
Descanso unos minutos y tomo aire...
De pronto veo, a un costado del camino,
un niño que me mira como si me conociera.
Me sonríe con complicidad.
Me recuerda a mí mismo... cuando era niño.
Quizás por eso, me animo a expresar en voz alta mi queja :
- ¿Por qué tantos obstáculos entre mi objetivo y yo?
- El niño se encoge de hombros y me contesta :
- ¿Por qué me lo preguntas a mí?
Los obstáculos no estaban antes de que tú llegaras...
Los obstáculos los trajiste tú.

miércoles, 26 de agosto de 2009

Un cambio de modelo social para un continente sin cárceles

Luke (Paraguay), 26 Agosto 2009 (AICA)

Los integrantes de la pastoral penitenciaria del Cono Sur, reunidos del 19 al 23 de agosto en Luque, Paraguay, reafirmaron “el sueño de Dios es el nuestro: un continente sin cárceles”, aunque reconocieron que “esto no es fácil, que primero debe darse con profundidad un cambio del modelo social en nuestros países de tal modo que no haya excluidos ni hermanos considerados descartables con los cuales se llenan hoy las prisiones”.

El encuentro contó con la presencia del presbítero Enrique Quiroga Civera, secretario ejecutivo del Departamento de Justicia y Solidaridad del Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM), y abrió sus deliberaciones con una reunión de juristas católicos regional, con el lema “Ser discípulo-misionero-profesional desde el Documento de Aparecida”.

Los abogados de los cinco países del Cono Sur, acompañados por otros profesionales, reflexionaron sobre el compromiso del discípulo misionero profesional en el mundo de la carcelación.

Los responsables regionales de la pastoral penitenciaria se plantearon como desafío “incidir en las políticas públicas en temas como salud, educación, trabajo, vivienda y seguridad, dirigidas a la población más vulnerable con la cual tenemos una deuda social”, y se comprometieron a “luchar proféticamente por la superación de las divisiones sociales y la exclusión, mediante el respeto a los derechos humanos, erradicando la tortura, el exterminio y otros tratos crueles, inhumanos y degradantes que sistemáticamente se viven en las cárceles de nuestros países; por eso no declinamos en nuestra labor a favor de la humanización del sistema carcelario mientras él exista”.

“Vemos con claridad que necesitamos de una mayor y profunda formación de los agentes pastorales que trabajan en el mundo de la carcelación, que, insistimos una vez más, no sólo es la realidad de los encarcelados, sino también de sus familias, los grupos vulnerables de la sociedad, el personal de seguridad, los profesionales, los pos carcelados”, subrayaron.

También se plantearon como desafío “promover en la formación de los universitarios y los seminaristas el compromiso con la realidad de las cárceles, aportando una mirada desde el Evangelio, ley superior a todas las demás que no dejan de ser obra de los hombres en un momento histórico determinado”, y a trabajar en conjunto en la problemática de la pastoral carcelaria regional.

“Solos es imposible -advirtieron-, pero unidos y con la gracia de Dios toda utopía se puede concretar, por eso no vamos a desistir, vamos a trabajar con alegría y valentía, con audacia y creatividad en la misión de vivir el Evangelio en el mundo de la carcelación”.

Por último, pidieron la intercesión de María, Nuestra Señora de la Asunción, para que “nos eduque en un estilo de vida compartida y solidaria, en atención y acogida de los más pobres entre los pobres, nuestros hermanos encarcelados”.

Firmaron la declaración el presbítero Javier Ladrón de Guevara (Argentina), el padre Gunther Zgubic (Brasil), Fray Jaime Roberto Nawrath Ríos (Chile), el presbítero Luis Arias Castillo (Paraguay), Fernando Leguizamón (Uruguay), y el presbítero Enrique Quiroga Civera, secretario ejecutivo del Departamento de Justicia y Solidaridad. CELAM.

martes, 25 de agosto de 2009

La batalla contra la droga se gana con educación y prevención

AICA

La Comisión Nacional de Pastoral de Drogadependencia, de la Conferencia Episcopal Argentina, realizó algunas consideraciones al fallo de la Corte Suprema de Justicia sobre la despenalización de la tenencia para el consumo de estupefacientes.
Compartimos el ánimo de toda Institución de la República que promueva acciones para no criminalizar al adicto. Estamos convencidos de que el adicto es un enfermo, huérfano de amor y que requiere de toda la atención y el afecto que le podamos dar. Es lo que hacía Jesús con los enfermos de su época, no los despreciaba, los sanaba y los devolvía a la sociedad. Abrazar a los enfermos, era un escándalo por aquel entonces. Acoger a un adicto hoy es vivir el Evangelio y hacer realidad la opción preferencial por los pobres, en este caso pobreza de amor y comprensión de una sociedad que los excluye. Entendemos el espíritu de la mirada jurídica, pero creemos que no es facilitando el consumo, ni haciendo aparecer como que está bien lo que está mal, que vamos a superar este creciente flagelo de las drogas, particularmente en nuestros jóvenes y adolescentes. La droga, sinónimo de muerte, es un mal y al mal no se le hacen concesiones. Seguimos sin atacar las causas y vamos solo, a través de una mirada parcial y no integral, a considerar un aspecto del problema, el jurídico. En este momento, donde la pobreza y la exclusión angustian a nuestra gente y en especial a los más humildes, medidas que puedan facilitar el consumo generan confusión y aparecen como a destiempo, desenfocadas de la realidad social. Las políticas públicas deberían orientar sin dudas a desalentar el consumo de drogas. El fallo también exhorta a contar con una política de Estado que promueva la educación, la prevención y la salud. Es urgente dar pasos hacia soluciones integrales. La droga no se combate solo con intervenciones de índole sanitaria y judicial, es necesario crear relaciones humanas ricas en valores espirituales y afectivos. Hay que buscar en la raíz de la adicción un vacío existencial, un anhelo de sentido para la vida. El mensaje a toda la sociedad y en especial a nuestros chicos creemos que debe ser claro: “No es bueno que te drogues”. Y a los familiares y amigos de los adictos: “Estamos con vos para ayudarte”. La Iglesia defiende la VIDA y propone educar para la salud y para la vida. El facilitar el consumo no es bueno, es malo, y va en contra del principio fundamental de que el hombre ha sido creado para la vida y no la muerte. No caben dudas de que es necesario redoblar esfuerzos para combatir las redes mafiosas de los mercaderes de la muerte. No hay que darle espacio territorio al narco – negocio. Pero recordando siempre que en el centro del problema está el hombre y sus vínculos. El hombre que necesita encontrar un verdadero sentido a su vida y poder vivirla dignamente con la libertad de los hijos de Dios. Hacemos votos para que la sociedad en su conjunto se involucre para formar una verdadera RED SOCIAL que dé respuestas concretas a esta enfermedad de nuestro tiempo. La batalla contra la droga se gana en la EDUCACIÓN y PREVENCIÓN creando fuertes vínculos sociales a través de la SOLIDARIDAD y la búsqueda del BIEN COMÚN. En este día en que celebramos al Beato Ceferino Namuncurá, confiamos a su cariño por los humildes nuestro compromiso por los que más sufren. Informes: http://www.reddevida.org/ o por correo electrónico mailto:reddevida.org@gmailcom .+

lunes, 24 de agosto de 2009

SIGNIFICADO DEL REINO DE DIOS

La palabra Reino no se refiere a ningún territorio concreto. Más exactamente deberíamos decir Reinado de Dios, pues a lo que Jesús se refiere es al poderío de la acción divina en este mundo, que va transformando lo viejo en nuevo, lo injusto en justo y lo enfermo en sano, y que seguirá actuando así hasta que llegue a cumplirse su voluntad en todas las cosas.
El Reino de Dios no es, pues, algo estático, ya hecho, sino algo dinámico, que está sucediendo y que crece con fuerza (Mc 9,1-2).
a) El Reino de Dios es Buena Noticia para los pobres
Para entender lo que Jesús entendía por Reino de Dios hay que tener en cuenta que él predicó su mensaje a un pueblo que vivía de las ideas y tradiciones del Antiguo Testamento. Cada uno a su modo, todos esperaban la venida del Reino de Dios: los fariseos en la fiel observancia de la Ley; los esenios, en el retiro del desierto; los zelotes, por la violencia revolucionaria. Era una esperanza común, heredada del pasado, pero agudizada por la situación presente. En ellos el Reino de Dios tenía aspectos muy nacionalistas, políticos y un tanto interesados. Jesús, partiendo del Antiguo Testamento, le da al Reino un significado distinto.
Los "pobres de Yavé" deseaban la venida de un rey, que por fin implantaría en la tierra el ideal de la verdadera justicia (Sal 45;72; Is 11,3-5; 32,1-3. 15-18). La justicia de este rey esperado consistiría en defender eficazmente al que por sí mismo no puede defenderse. "Que él defienda a los humildes del pueblo, socorra a los hijos del pobre y quebrante al explotador... El librará al pobre que pide auxilio, al afligido que no tiene protector; él se apiadará del pobre y del indigente, y salvará la vida de los pobres; él vengará sus vidas de la violencia, su sangre será preciosa a sus ojos" (Sal 72 4. 12-14).
Por eso, cuando Jesús dice que ya llega el Reino de Dios quiere decir que por fin se va a implantar la situación anhelada por los marginados y despreciados del mundo; por fin se va a realizar la justicia según Dios para todos los desheredados de la tierra, para los pobres, los oprimidos, los débiles, los indefensos. Por eso dice Jesús que el Reino es para los pobres (Lc 6,20), para los pequeños (Mt 5,19), para los niños (Mc 10,14), o sea, para todos los que la sociedad margina y desestima.
Cuando Jesús anuncia que el Reino de Dios se acerca para esos pobres (Mt 11,5; Lc 4,18), y no para los "justos", hace una primera afirmación importante sobre lo que significa que el Reino de Dios se acerca: Y este modo de acercarse el Reino es lo que produce escándalo (Mt 11,6): que Dios dé una esperanza a los que nunca la tuvieron.
Pero el Reino de Dios no es sólo una esperanza para los pobres, al saberse amados por Dios. Está claro que Jesús no se limitó a anunciar el amor escandaloso y parcial de Dios hacia los pobres, sino que trató también de liberarlos de su miseria real.
En primer lugar, Jesús ejercitó una actividad liberadora con sus milagros y exorcismos. Ellos no son sino una "señal de que ha llegado el Reinado de Dios" (Mt 12,28). Son señales de la presencia del Reino. Son obras en favor de quien está en necesidad. El poder del bien triunfa sobre los poderes del mal; y eso justamente es el Reinado de Dios.
En segundo lugar, Jesús promueve la solidaridad entre los hombres, pero no de forma genérica, sino históricamente situada. Combate en concreto la falta de solidaridad en su sociedad y, como contrapartida, se acerca a aquellos a quienes la sociedad ha marginado: conversa con ellos, come con ellos, los defiende y los alaba. Así va creando una nueva conciencia colectiva de solidaridad.
En tercer lugar, Jesús denuncia toda acción, actitud o estructura que mantenga a los hombres divididos en lobos y corderos, en "orgullosos" y "despreciados". Condena a los ricos que sólo buscan consuelo (Lc 6,24). Llama "necio" al rico agricultor que se goza egoístamente en la abundancia de su cosecha (Lc 12,16-21). Condena al rico Epulón, que no sabe compartir con el necesitado (Lc 16,19-31). Y en nombre del Padre llama "malditos" a todos los que no se preocupan de las necesidades vitales del prójimo (Mt 25,41-45). "¡Con qué dificultad entran en el Reino de Dios los que tienen el dinero!" (Lc 18,24), pues "nadie puede servir a Dios y al dinero" (Mt 6,24). Según Jesús, la única forma de hacer justa "la riqueza injusta" (Lc 16,9), es dándola a los pobres (Mt 19,21; Mc 10,21; Lc 18,22).
Por último, Jesús vive él mismo y propone la práctica del amor como ley de vida en el Reino. De ello hemos hablado en capítulos anteriores. El Reino se construye en la medida en que vivimos el amor fraterno. Y amándonos como hermanos, nos sabemos amados por Dios mismo. Un mundo según Dios tiene que ser un mundo según el amor, pues "Dios es amor" (1 Jn 4,7).
El Reino de Dios es, pues, reino de justicia, de vida, de verdad y de amor. Por eso se anuncia a aquellos que menos tienen de estos valores. Y en esto consiste la novedad del anuncio de Jesús: en que los pobres vuelven a la vida, a la justicia y a la dignidad del amor fraterno. Sólo desde la parcialidad de Dios hacia los sin vida se garantiza que Dios sea un Dios de vida para todos.
La razón del privilegio de los pobres no se encuentra en ellos mismos, sino en la forma de ser de Dios y en la manera como él quiere ejercer su realeza en favor de los débiles y desamparados. Dios quiere garantizar a través del Reino el derecho de los hombres que son incapaces de hacerlo valer por sí mismos. Como Rey justo, Dios no puede ser otra cosa que el protector de los desvalidos.
b) Para entrar en el Reino de Dios hay que cambiar de vida.
Para que podamos creer en la Buena Noticia del Reinado de Dios, Jesús llama a conversión, o sea, a cambiar el modo de pensar y de actuar (Mc 1,15), pues según el modo de pensar del mundo es imposible entender, ni menos aún vivir, el Reinado de Dios. Es necesario un cambio profundo del corazón para poder conocer y encontrar al Dios verdadero, el Dios de Jesús. Convertirse es, pues, volverse al verdadero Dios.
El hijo perdido de la parábola se encontró a sí mismo cuando a partir de su miseria encontró en su propio interior la bondad del Padre (Lc 15,11-32). Sólo el calor de la casa del Padre, sólo el poder de su amor que anida en el corazón del hombre, nos puede dar coraje para enfrentarnos con nuestra vida, de manera que cambiemos de forma de pensar y de actuar.
Para participar, pues, en el Reinado de Dios, hay que hacer un gran esfuerzo personal; hay que hacerse violencia (Mt 11,12). "Forcejeen para abrirse paso por la puerta estrecha" (Lc 13,24). Esta es tarea difícil, pero posible, ya que nunca estaremos solos en este esfuerzo personal: El Espíritu de Jesús está siempre fortaleciendo nuestra debilidad (Rm 8,26). Pero a nadie se le perdona el esfuerzo de vencerse a sí mismo y llevar su cruz para poder seguir a Jesús. El que no lo haga no es digno de él (Mt 10,38).
Para entrar en el Reino hay que aprender a pensar y a actuar según Dios. Hay que convertirse a un nuevo modo de ser ante Dios y ante la novedad anunciada por Jesús. Y ello no se hace sin dolor: hay que aprender a cargar esta cruz. Hay que superar crisis muy reales para poder decidirse por el nuevo orden de cosas que trae Jesús y que ya comienza a estar dentro de nosotros mismos (Lc 17,21). Hay que estar dispuestos a perderlo todo con tal de adquirir esta piedra preciosa (Mt 13,45-46). El Reinado de Dios está antes que la propia familia (Mt 10,37). Es más importante que nuestros ojos, nuestras manos (Mc 9,43), y que nuestra propia vida (Lc 17,33).
La exigencia de conversión hecha por Jesús es sumamente dura y exigente: "Si no cambian, todos ustedes perecerán" (Lc 13,5). El desastre se aproxima y ésta es la última hora para convertirse (Mt 24,37-44). El hacha está colocada en la raíz del árbol y si no da fruto, será cortado (Lc 13,9). Si no hay conversión, el dueño de la casa cerrará la puerta, y los atrasados habrán de oír estas palabras: "No sé quiénes son ustedes" (Lc 13,25); ya es tarde para abrirles la puerta del Reino (Mt 25,11).
El convite del Reino es para todos. La mayoría, sin embargo, se encuentra atareada de tal forma en sus quehaceres, que rechaza la invitación de Jesús para la fiesta (Lc 14,16-24). El que se decide por la novedad de Jesús sólo debe mirar hacia adelante; el pasado quedó atrás (Lc 9,62). La opción por seguir a Jesús no puede quedar a medio camino (Lc 14,28-32). La decisión es muy seria. Decir que "sí" de boca es cosa fácil; lo importante es realizar la voluntad del Padre (Lc 6,46). Caso contrario, la última situación del hombre es peor que la primera (Mt 12,43-45).
La conversión misma es como el traje de una novia, como la cabeza perfumada (Mt 6,17), como la música y la danza (Lc 15,25), como la alegría del hijo que regresa a la casa paterna (Lc 15,32).
c) En el Reino de Dios se construye una nueva sociedad
La predicación de Jesús sobre el Reinado de Dios no se dirige sólo a las personas exigiéndoles conversión. Se dirige también al mundo de las personas. El Reino de Dios busca la construcción de una sociedad digna del hombre, pues sólo así será digna del Padre de todos los hombres: Una sociedad en cambio hacia la verdadera fraternidad, la igualdad y la solidaridad entre todos. Una sociedad, además, en la que si alguien es privilegiado o favorecido, ese sea precisamente el débil y el marginado. De aquí que el Reinado de Dios, tal como lo presenta Jesús, representa la transformación más radical de valores que jamás se haya podido anunciar. Porque es la negación y el cambio, desde sus cimientos, del sistema social establecido.
El sistema actual, como sabemos de sobra, se basa en la competitividad, la lucha del más fuerte contra el más débil y la dominación del poderoso sobre el que no tiene poder (Mc 10,42). Frente a eso Jesús proclama que Dios es Padre de todos por igual, y por ello todos somos hermanos con la misma dignidad y los mismos derechos. En toda familia bien nacida, si a alguien se le privilegia, es precisamente al menos favorecido, al enfermo, al indefenso. Este es el ideal de lo que representa el Reinado de Dios en la predicación de Jesús.
Este proyecto de Dios no se puede implantar por la fuerza. Tiene que realizarse poco a poco mediante la conversión de las mentes y los corazones. El Reino de Dios se va haciendo realidad en la medida en que haya hombres y mujeres que cambien radicalmente su propia mentalidad, su escala de valores, su apreciación práctica y concreta por el dinero, el poder y el prestigio. Este proyecto sólo es realizable a partir de pequeñas comunidades, comunidades de base, que se ponen a vivir en concreto el ideal evangélico de una plena igualdad fraterna, impulsados por la libertad de sentirse hijos de Dios.
Pero Jesús no se contenta con vivir él y sus comunidades los valores nuevos del Reino de Dios. El, además, desenmascara y denuncia a todos y a todo lo que oprime al hombre. La comunidad de Jesús jamás se comporta como un grupo que se encierra en sí mismo para vivir aislados sus propios valores. Los seguidores de Jesús han de ser "luz del mundo" (Mt 5,14) y "sal de la tierra" (5,13). "El Reinado de Dios se parece a la levadura... que acaba por fermentarlo todo" (Lc 13,21). A todo ha de llegar el orden del Padre Dios, al mundo material, a todo lo humano, a todo lo espiritual. Con Jesús comenzó ya el fin de este viejo mundo actual y todas sus estructuras de pecado.
El Reino de Dios que Jesús anuncia y hace presente no coincide sólo con la liberación de éste o de aquel mal, de las injusticias, de la opresión o sólo del pecado. El Reinado de Dios tiene que abarcarlo todo: mundo, hombre, sociedad. Toda la realidad ha de ser transformada por Dios.
El Reino es como una pequeña semilla que se va desarrollando poco a poco, pero con firmeza (Mc 4,30-35); semilla buena, pero que por ahora crece junto a la mala hierba (Mc 13,24-30). Este crecimiento del Reino se realiza continuamente a través de los pequeños triunfos de liberación que se efectúan a través de la historia.
En el apartado 5 de este capítulo seguiremos profundizando en el futuro de la nueva sociedad, que ya se está construyendo a lo largo de la historia. El Reino de Dios es un proceso que empieza en la historia y que acabará en la escatología final. Jesús anuncia un triunfo final, pero ese triunfo se va anticipando en la historia concreta de cada día. Por ello a cada liberación parcial realizada en la historia se le abre el horizonte del triunfo total, cuando el Reinado de Dios haya llegado a su plenitud. El Reino de Dios "ya" está en medio de nosotros, pero "todavía no" se ha completado su construcción.

sábado, 22 de agosto de 2009

Tarde te amé

Tarde te amé
hermosura tan antigua
y tan nueva, tarde te amé.

Tú estabas conmigo
y yo no estaba ni contigo ni conmigo.

Tú estabas dentro de mí, yo fuera.
Por fuera me lanzaba
sobre el bien y la belleza creados por ti.

No te veía ni te sentía y lo que es peor
no te echaba de menos.
Me retenían lejos las cosas.
Pero gritaste y ahuyentaste mi sordera.
Mostraste tu resplandor y pusiste en fuga mi ceguera.

Exhalaste tu perfume y respiré,
gocé de ti y siento hambre y sed de ti.

Me tocaste, Señor mío,
y me abrazo en tu paz.

Tarde te amé
hermosura tan antigua y tan nueva,
Tarde te amé.

San Agustín

viernes, 21 de agosto de 2009

EVANGELIZACIÓN INTEGRAL

Esta Evangelización se realiza en ser y hacer parte de la Iglesia como Presencia y Acción Misionera de Jesucristo, como comunión y participación de la Misión de Jesús. Presencia que es acción, y acción que es presencia.

Así la Evangelización es:
A-Presencia:
Gratuita y testimonio del amor experimentado en Jesucristo y en la comunidad eclesial; como participación de la comunión divina-trinitaria.
Amorosa, respetuosa y personalizada: Presencia no invasiva, preparada a acoger al pobre y compartir con él con humildad de espíritu (Mt 5, 7; Jn 13; Fil 2, 5-ll)
No moralista o legalista. Introduciendo el modo de justicia misericordiosa, restaurativa, salvífica, liberadora desde el amor divino.
Que ofrece espacio y acoje a la persona para que se desahogue y exprese, interesándose por su situación;
Que de este modo ofrece el Encuentro con Jesucristo (DA 6.1) "correspondiendo al hambre y sed de vida que había en sus corazones".
Que supera la mera asistencia, provoca la reflexión, ayuda a que las personas crezcan, se estructuren, sientan y consigan discernir y decidir por un futuro en el Dios de la vida: una vida reconciliada en el Padre de la misericordia, en Jesús el Salvador y en el Espíritu para renacer y ser una nueva criatura, recreada y libertada en Jesucristo.
En el compromiso fiel con los presos y presas. Esta fidelidad se muestra mediante la presencia y acción de la comunidad eclesial, tomando en cuenta la integralidad de la persona y sus circunstancias.
• Que ofrece una experiencia comunitaria-eclesial plena, que es derecho de los presos.

El "capellán penitenciario", ya sea designado o voluntario, por sí solo no puede responder al derecho de experiencia religiosa plena del preso, porque ésta es siempre eclesial y comunitaria. La tarea se plantea en la dirección de capellanías de PP, integrando una comunidad de voluntarios, ya sea que ingresen de afuera, ya sea conformada entre los propios presos.
B-Acción Misionera - Misión
La misión evangelizadora de la PP del Cono Sur se presenta como Anuncio y Denuncia proféticos y transformadores de la realidad de la vida de los prisioneros y del mundo de la carcelación a nivel personal, comunitario y socio-político.
Como anuncio y denuncia, la acción misionera de la PP del Cono Sur se orienta por el documento conclusivo de la V Conferencia General del Episcopado LAyC realizado en 2007 en Aparecida, y asume la colaboración con el proyecto de la Misión Continental de la Iglesia ALyC:

• Para una Iglesia en Misión Permanente;
• Pedagogía de la acción "Misión Continental";
• Criterios para la Misión;
• Recursos para la Misión;
• Reavivamiento de la identidad comunitaria y misionera de las pequeñas comunidades, las parroquias, diócesis y conferencias episcopales;
• Sugerencias Pastorales para la Misión Continental.

jueves, 20 de agosto de 2009

MORIR EN LA PAVADA


Una vez un catamarqueño, que andaba repechando la cordillera, encontró entre las rocas de las cumbres un extraño huevo. Era demasiado grande para ser de gallina. Además hubiera sido difícil que este animal llegara hasta allá para depositarlo. Y resultaba demasiado chico para ser de avestruz.
No sabiendo lo que era, decidió llevárselo. Cuando llegó a su casa, se lo entregó a la patrona, que justamente tenía una pava empollando una nidada de huevos recién colocados. Viendo que más o menos era del tamaño de los otros, fue y lo colocó también a este debajo de la pava clueca.
Dio la casualidad que cuando empezaron a romper los cascarones los pavitos, también lo hizo el pichón que se empollaba en el huevo traído de las cumbres. Y aunque resultó un animalito no del todo igual, no desentonaba demasiado con el resto de la nidada. Y sin embargo se trataba de un pichón de cóndor. Sí señor, de cóndor, como usted oye. Aunque había nacido al calor de la pava clueca, la vida le venía de otra fuente.
Como no tenía de donde aprender otra cosa, el bichito imitó lo que veía hacer. Piaba como los otros pavitos, y seguía a la pava grande en busca de gusanitos, semillas y desperdicios. Escarbaba la tierra, y los saltos trataba de arrancar las frutitas maduras de tutiá. Vivía en el gallinero, y le tenía miedo a los cuzcos lanudos que muchas veces venían a disputarle lo que la patrona tiraba en el patio de atrás, después de las comidas. De noche se subía a las ramas del algarrobo por miedo a las comadrejas y otras alimañas. Vivía totalmente en la pavada, haciendo lo que veía hacer a los demás.
A veces se sentía un poco extraño. Sobre todo cuando tenía oportunidad de estar a solas. Pero no era frecuente que lo dejaran solo. El pavo no aguanta la soledad, ni soporta que otros se dediquen a ella. Es bicho de andar siempre en bandada, sacando el pecho para impresionar, abriendo la cola y arrastrando el ala. Cualquier cosa que los impresione, es inmediatamente respondida con una sonora burla. Cosa muy típica de estos pajarones, que a pesar de ser grandes, no vuelan.
Un mediodía de cielo claro y nubes blancas allá en las alturas, nuestro animalito quedó sorprendido al ver unas extrañas aves que planeaban majestuosas, casi sin mover las alas. Sintió como un sacudón en lo profundo de su ser. Algo así como un llamado viejo que quería despertarlo en lo íntimo de sus fibras. Sus ojos acostumbrados a mirar siempre el suelo en busca de comida, no lograban distinguir lo que sucedía en las alturas. Pero su corazón despertó a una nostalgia poderosa. ¿Y él, porqué no volaba así? El corazón le latió apresurado y ansioso.
Pero en ese momento se acercó una pava preguntándole lo que estaba haciendo. Se rió de él cuando sintió su confidencia. Le dijo que era un romántico, y que se dejara de tonterías. Ellos estaban en otra cosa. Tenía que ser realista y acompañarla a un lugar donde había encontrado mucha frutita madura y todo tipo de gusanos.
Desorientado el pobre animalito se dejó sacar de su embrujo y siguió a su compañera que lo devolvió a la pavada. Retomó su vida normal, siempre atormentado por una profunda insatisfacción interior que lo hacía sentir extraño.
Nunca descubrió su verdadera identidad de cóndor. Y llegado a viejo, un día murió. Sí lamentablemente murió en la pavada como había vivido.
¡Y pensar que había nacido para las cumbres!

lunes, 17 de agosto de 2009

Venga a nosotros tu Reinado

El ministerio público de Jesús se centra en la proclamación solemne y decisiva para la historia del Reinado de Dios. El centro mismo de la predicación y del mensaje de Jesús es su enseñanza sobre el Reino de Dios. Jesús habla de este tema con mucha frecuencia.
Desde el principio hasta el fin, Jesús fue testimonio de este anuncio y vivió para testimoniar esta esperanza: "Se ha cumplido el plazo:, decía; “ya llega el Reinado de Dios. Cambien de vida y tengan fe en la Buena Noticia" (Mc 1,15). Desde el comienzo "empezó Jesús a proclamar: Cambien de vida, que ya llega el Reinado de Dios" (Mt 4,17). "Recorría todos los pueblos y aldeas proclamando la Buena Noticia del Reino" (Mt 9,35; 4,23).
El era consciente de que el Padre lo había enviado para anunciar su Reinado (Lc 4,43-44). Y esta misma tarea dio él a sus discípulos (Lc 9,1-3).

EL DIOS DEL REINO

Hemos visto que Jesús se dedicó preferentemente durante su vida de predicador a anunciar la Buena Noticia de un Dios Padre, enteramente bueno para con todos, y de una manera muy especial para con los despreciados de este mundo.
Esta paternidad, según Jesús, ha de llegar a realizarse efectivamente sobre toda la humanidad. Todos hemos de llegar a vivir realmente como hijos de Dios. El Reinado de su amor es una realidad que ya se comienza a vivir, aunque aún le falta mucho para llegar a su plenitud. ¡Pero llegará!
El Reino de Dios y el Dios del Reino son los dos temas preferentes de Jesús, que en el fondo no son sino uno, pues todo el anuncio del Reino depende de la nueva imagen del Padre que presenta Jesús. El amor del Padre se concentra en la realidad incipiente pero ya en marcha del Reino. El "Abbá" de Jesús es el Dios del Reino.
El Reino da razón del ser de Dios como Abbá y la paternidad de Dios da fundamento y razón de ser al Reino. Jesús cree y predica que no se llega a Dios fuera de la búsqueda dolorosa del Reino y que no hay Reino posible sino en la paternidad de Dios.
La experiencia de la unión Abbá-Reino constituye toda la clave de lo que Jesús personalmente vivía, todo el horizonte de lo que Jesús predicó y todo el sentido del discipulado que, para Jesús, parece no ser más que una introducción a esta experiencia. El que quiera seguir a Jesús tiene que poner su corazón en la dualidad inseparable Abbá-Reino. Porque hemos aprendido a llamar a Dios "Padre nuestro", por eso confesamos y pedimos la venida de su Reino, pero no sólo de palabra, sino de una manera vivencial, comprometiéndonos en la construcción de ese Reinado. Compromiso que ha de ser como el de Jesús y con Jesús.
Jesús no predicó simplemente a "Dios", tomado en un sentido abstracto. Lo último para Jesús es Dios en su relación con la historia de los hombres, concretada como Reinado de Dios. El busca construir una historia que sea según Dios. Por ello podemos afirmar que lo que da sentido a la vida, actividad y destino de Jesús es el Reino de Dios. Lo último para Jesús es la voluntad realizada del Padre.
Lo más original del mensaje de Jesús es justamente la unión indisoluble entre el Abbá y el Reino. Un escrito muy antiguo conserva un dicho de Jesús que dice así: "Quien conozca a Dios encontrará el Reino, porque conociendo a Dios se conocerán a ustedes mismos y entenderán que son hijos del Padre". Ciertamente es imposible conocer a Dios sin el Reino. Quien no se esfuerza por entrar en el Reino no ha conocido a Dios, sino a un ídolo. Conocer a Dios como Padre es conocerse como ciudadano del Reino.

Del libro “El Dios de Jesús” de José Luis Caravias; Cap nºVII.

domingo, 16 de agosto de 2009

San Roque

Nació en Montpellier hacia 1295; murió en 1327. Su padre era gobernador de la ciudad. Al nacer, se dice que San Roque estaba milagrosamente marcado en su pecho con una cruz roja. Al morir sus padres cuando tenía aproximadamente veinte años, distribuyó su fortuna entre los pobres, entregó a su tío el gobierno de Montpellier, y disfrazado de peregrino mendicante, se fue para Italia, pero se detuvo en Aquapendente, que estaba atacada por la peste, y se dedicó a los apestados, sanándolos con el signo de la cruz. A continuación visitó Cesena y otras ciudades vecinas y luego Roma. En todas partes el terrible azote desaparecía ante su milagroso poder. Visitó Mantua, Modena, Parma, y otras ciudades con los mismos resultados. En Piacenza, él mismo fue atacado con la peste. Se retiró a una choza en el bosque vecino, donde sus necesidades eran satisfechas por un caballero de nombre Gotardo, quien por un milagro se enteró del lugar de su retiro. Después de su recuperación, Roque regresó a Francia. Llegando a Montpellier y rehusando revelar su identidad, fue tomado por un espía disfrazado de peregrino, y puesto en prisión por orden del gobernador, su propio tío, donde murió cinco años más tarde, en la cárcel. La milagrosa cruz en su pecho, así como un documento encontrado en posesión suya, sirvieron entonces para su identificación. Por consiguiente se le dio un funeral público, y numerosos milagros atestiguaron su santidad.

sábado, 15 de agosto de 2009

Nada te turbe

NADA TE TURBE
NADA TE ESPANTE
TODO SE PASA
DIOS NO SE MUDA;
LA PACIENCIA
TODO LO ALCANZA,
QUIEN A DIOS TIENE
NADA LE FALTA
SÓLO DIOS BASTA
.

Santa Teresa de Jesús

viernes, 14 de agosto de 2009

Método de la PP Cono Sur

Cómo lo hacemos

EVANGELIZACIÓN INTEGRAL

La EVANGELIZACIÓN se realiza por intermedio de
La visita a los presos que significa también un encuentro con Jesucristo en el preso, en nosotros y entre nosotros a la vez. Este encuentro solo ocurre en la medida que estamos en comunión con el Espíritu de Jesús, que es un Espíritu de reciprocidad, de la escucha, del acoger, del diálogo, del compartir en la fe, la confianza, la esperanza, el amor y la amistad.
Un servicio pastoral fundamentado en la fe, la confianza y esperanza, que se sostienen en el amor de Jesucristo.
Un servicio eclesial de comunión con el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo llegando en forma de amor liberador al pobre excluido.

Siguiendo la orientación de la Iglesia, en la PP del Cono Sur nos comprometemos con una evangelización integral por medio de los tres servicios fundamentales de la Iglesia no solo en términos religiosos, sino también civiles:
• La Palabra de Dios, la Liturgia y la Diaconía.
La Palabra de Dios es anunciada (kerigma), enseñada (catequesis), meditada (meditación), litúrgicamente orada, compartida y celebrada. La Liturgia significa también consagración y comunión con Dios y entre nosotros, bien como la misión de Jesucristo asumida igualmente por nosotros, a fin de que el amor sea testificado como Diaconía, que se expresa en la donación evangelizadora para todos, pero principalmente a los pobres y excluidos.
• La solidaridad en la esfera civil y secular, en el compromiso por la ciudadanía plena de nuestros hermanos y hermanas presos.
• La opción preferencial por los más pobres, los excluidos y los quemás sufren (Mt.25, 31-46, DA 8.3-8.4), los que padecen tortura y otros tratos o situaciones crueles, inhumanas y degradantes.

jueves, 13 de agosto de 2009

EL ELEFANTE ENCADENADO

Cuando yo era chico me encantaban los circos, y lo que más me gustaba de ello eran los animales. También a mí como a otros (des­pués me enteré), me llamaba la atención el elefante. Durante la función, la enorme bes­tia hacía despliegue de peso, tamaño y fuerza descomunal... pero después de su actuación y hasta un rato antes de volver al escenario, el elefante quedaba sujeto solamente por una cadena que aprisionaba una de sus patas a una pequeña estaca clavada en el suelo.
Sin embargo, la estaca era sólo un minús­culo pedazo de madera apenas enterrado unos centímetros en la tierra. Y aunque la cadena era gruesa, y poderosa me parecía obvio que ese animal capaz de arrancar un árbol de cuajo con su propia fuerza, podría, con. facilidad arrancar la estaca y huir.
El misterio es evidente:
¿Qué lo mantiene entonces? ¿Por qué no huye? pregunté.
Algunos de ellos, me explicó, que el elefante no se escapaba porque estaba amaestrado.
Hice entonces, la pregunta obvia:
-¿si esta amaestrado por qué lo encadenan?.
No recuerdo haber recibido ninguna respuesta coherente. Hace algunos años descu­brí que por suerte para mí, alguien había sido lo bastante sabio como para encontrar la res­puesta:
El elefante del circo no escapa porque ha estado atado a una estaca parecida des­de que era muy, muy pequeño.

Cerré los ojos y me imaginé al pequeño recién nacido sujeto a la estaca. Estoy seguro de que en aquel momento el elefantito empujó, tiró y sudó tratando de soltarse. Y a pesar de todo su esfuerzo no pudo. La estaca era ciertamente muy fuerte para él.
Imagino que se durmió agotado y que al día siguiente volvió a probar, y también al otro y al que le seguía...
Hasta que un día, un terrible día para su historia, el animal aceptó su impotencia y se resignó a su destino.
Este elefante enorme y poderoso, que vemos en el circo, no escapa porque cree, pobre, que no puede. Él tiene registro y recuer­do de su impotencia, de aquella impotencia que sintió después de nacer.
Y lo peor es que jamás se ha vuelto a cuestionar seriamente ese registro.
Jamás... jamás miento poner a prueba su fuerza otra vez.

Y así es. Todos somos un poco como el elefante del circo: vamos por el mundo ata­dos a cientos de estacas que nos restan liber­tad.
Vivimos creyendo que un montón de cosas “no podemos” simplemente porque algu­na vez, antes, cuando éramos chicos proba­mos y no pudimos.Hicimos, entonces, lo del elefante: grabamos en nuestro recuerdo: no puedo... no puedo y nunca podré. Hemos crecido por­tando ese mensaje que nos impusimos a no­sotros mismos y nunca más lo volvimos a intentar. Tu única manera de saber si puedes es intentar “de nuevo” poniendo en el inten­to todo tu corazón... todo tu corazón.

miércoles, 12 de agosto de 2009

Vocación

Quiero verte en lo invisible de tu Rostro,
y tocarte en lo intangible de tu tacto,
quiero oírte en el silencio en que me postro
y sentirte en el aroma de lo intacto.
Quiero estar en el lugar más apropiado
donde el alma se extasía, sufre y goza,
quiero ser el buen ladrón que has perdonado
y el leproso a quien tu mano salva y roza.


Quiero amar en la recóndita morada
de la pura y solitaria fe amorosa
que se vuelve llama viva enamorada
y se entrega en la quietud más silenciosa.


P. Jorge Amado

martes, 11 de agosto de 2009

Dioses de nuestro tiempo

Autor: P. Antonio Rivero Fuente: Catholic.net

Hoy nos conducimos como paganos, adorando ídolos que son máscaras del mismo satanás

Estos dioses -que son múltiples como Dios es uno- cambian frecuentemente de cara y de lenguaje, se procrean e inventan nuevos engaños. Son máscaras de satanás, quien tiene la propiedad de mimetizarse y transformase como la mentira, ya que no está sujeto al "si, sí, no, no" de la verdad, que es una sola y no se disfraza.
I. EL DIOS PROGRESO

Por ello los laicos, con su competencia en los asuntos profanos y con su actividad elevada desde dentro por la gracia de Cristo, contribuyan eficazmente a que los bienes creados, de acuerdo con el designio del Creador y la iluminación de su verbo, sean promovidos, mediante el trabajo humano, la técnica y la cultura civil, para utilidad de todos los hombres sin excepción (Lumen Gentium, 36)
Críticas a este progreso:
1. Los avances que lanza este progreso no siempre están de acuerdo con la ética y la moral, quedan desvinculados de ella. A este ídolo le interesa la ganancia, que llega a ser la prueba contundente de su bondad y acierto. Hace de esa ganancia ley, llegando, así, lo legal (derecho positivo) a ser lo justo (derecho natural). El bien no nace de la verdad y la verdad no surge de la realidad. El bien para este dios depende del futuro, del proyecto del futuro, a donde él nos conduce.
2. Este progreso tiene poder para romper toda barrera; le da a la técnica y a la experimentación un cheque en blanco para someter incluso la intimidad del hombre. El dios Progreso llama progreso a toda costumbre nueva, por más desvergonzada que sea.
3. La disidencia para este dios es un pecado gravísimo. Significa la muerte civil, se excluye al sujeto de la sociedad, no se lo deja hablar ni se le oye, se le juzga sin ecuanimidad, y se le condena no por lo que hace, sino por lo que piensa y por lo que él mismo es.
4. Ese dios no ha podido quebrar esa búsqueda de sobrenaturalidad insaciable del alma humana. Dios está de moda siempre. Pero este dios progreso intenta confundir a la gente, proporcionándoles dioses en lugar de Dios, religiosidades en lugar de religión, sectas en lugar de Iglesias, opiniones en lugar de fe, mundalismo en lugar de unidad, consuelos en lugar de justicia y auténtica paz; fantasmas y reencarnaciones en lugar de Cristo, encarnado en el seno de María.
II. EL DIOS LIBERTAD
Cada hombre, dice este dios, tiene una libertad absoluta. De esa libertad brotan los valores. Todo lo que vaya contra esa libertad es antisagrado (moral, religión católica con sus dogmas y mandamientos). No hay pecado. No hay límites. La libertad salva, rige y condena.
Como es una libertad sin Dios, que se endiosa, y está destinada a esclavizar y no a liberar. La libertad es un desafío y una responsabilidad. Es un fruto que se consigue ganando las batallas interiores del dominio propio y entregando las propias energías no a fines egoístas, sino a objetivos superiores y generoso.
III. EL DIOS CIENCIA
"La organización técnico-científica de ciertos países está engendrando una visión cientista del hombre cuya vocación es la conquista del universo. En esta visión, sólo se reconoce como verdad lo que la ciencia puede demostrar; el mismo hombre se reduce a su definición científica. En nombre de la ciencia todo se justifica, incluso lo que constituye una afrenta a la dignidad humana. Al mismo tiempo se someten las comunidades nacionales a decisiones de un nuevo poder, la tecnocracia. Una especie de ingeniería social puede controlar los espacios de libertad de individuos e instituciones, con el riesgo de reducirlos a meros elementos de cálculo" (Puebla, 315). "Es cierto que el progreso actual de las ciencias y de la técnica, las cuales, debido a su método no pueden penetrar hasta las íntimas esencias de las cosas, puede favorecer cierto fenomenismo y agnosticismo cuando el método de investigación usado por estas disciplinas se considera sin razón como la regla suprema para hallar toda la verdad. Es más, hay el peligro de que el hombre, confiado con exceso en los inventos actuales, crea que se baste a sí mismo y deje de buscar ya cosas más altas. (Gaudium et spes, 57)
Su credo: sólo la ciencia nos puede dar certezas, está por encima del bien común, de la ética, de la persona. Todo lo que no es ciencia es sentimiento, subjetivismo, espiritualismo. A la diosa ciencia le corresponde un altar; el bien del hombre, su conciencia, su conducta, su integridad moral están por debajo de ella. Hay un reduccionismo científico. Nuestro conocimiento verdadero se entiende que es conocimiento de lo experimentable o de lo medible. Se niega a la inteligencia la capacidad de ponerse en contacto con lo que no está sujeto a ella ni es medible; se la reduce a la capacidad de conocer lo cuantitativo. La fe no está contra la razón ni contra la ciencia.
IV. EL DIOS HOMBRE
"La religión del Dios que se hace hombre se ha encontrado con la religión del hombre que se hace Dios".(Pablo VI)
Su credo: el hombre es inmanentista, total y completo en sí mismo, nada sobre él. Es la medida de todas las cosas. Su placer, su tener, su yo, marcan su ley. Es él el principio supremo de la ley. Dios es válido en la medida en que le sirve.
Decimos:
1. Aquí el hombre ha perdido su condición de creatura.
2. Aquí Dios viene suprimido, su gracia. El hombre consigue todo con sus fuerzas, incluso en cosas del espíritu.
3. Aquí el hombre dice a Cristo que baje de la cruz, que no necesita del sufrimiento. Predican una religiosidad de consumo, superficial y demagógica.
V. EL DIOS UTILIDAD
Ley: lo útil es lo bueno. La eficiencia como tarjeta principal de presentación. El hombre como material humano, medido por el rendimiento. Utilitarismo y pragmatismo.
Juzgamos:
1. Nada de sentido heroico de la vida. Nada que no sea para conseguir algo práctico.
2. Por el utilitarismo actual, y bajo el amparo del dios ciencia, hemos llegado a una civilización de la muerte.
3. Ha exaltado el hedonismo, el uso de droga para codearnos con el infinito.
4. En nombre de este dios se sacrifican muchas aberraciones: se justifica la esterilización de enfermos mentales, o el suicidio voluntario, o por decisión de la familia, de los enfermos.
5. Este ídolo es barato y chato. Sólo sociedades decadentes, que han perdido sus aspiraciones, están en condiciones de aceptarlo para regir sus vidas. Pero el hombre es un ser llamado a las más empinadas alturas y, por eso mismo, está también propenso a caer en los más profundos abismos.
VI. ALGUNOS SUBDIOSES
1. Democracia liberal: es un engaño de democracia. El pueblo vota y se le acaban sus atribuciones. Es un cero a la izquierda. Se anula el poder de las sociedades intermedias, que son las encargadas de tejer la red de relaciones sociales que hace fuerte a una nación; se acusa a las sociedades intermedias, o a los centros de fuerza de ser "corporaciones", que por su naturaleza producen tiranía, gobiernos derechistas, autoritarismo. Sociedades que son: Iglesia, sindicatos, universidades, fuerzas armadas, municipios, federaciones de comercio, agrarias o de industria, sociedades de beneficencia, clubes.
2. Paz: paz como no-guerra o no-conflicto. No como fruto de la justicia.
3. Vida: en forma de hedonismo. Vivir y gozar de la vida: sexo libre, droga, usura... La vida no es lo supremo. Una vida digna es la vida que se pone al servicio de lo que está por encima de la vida. La vida mejor vivida es la que aparentemente se pierde. No hay mayor gloria que darla por aquello que la trasciende.
4. Moda: es de los ídolos más estúpidos. Pero por su apariencia alegre e inofensiva es quizá el que tiene más seguidores. Es fanático y dogmático. Quien no hace caso a la moda es marginado de la sociedad. Es ídolo irracional e impuesto, pero funciona. Detrás de este ídolo se esconde la concepción evolucionista, relativista e historicista de la vida. Niega la verdad objetiva, la estabilidad de la naturaleza, los principios inconmovibles de la moral. Niega la capacidad del hombre a definir, porque definir es la negación de la evolución y del progreso. Niega la capacidad del hombre a conocer las esencias, pues una cosa que ayer era hoy ya no es. La Moda se establece sobre la base de un anonimato. Se sigue una fuerza ciega, pero omnipotente.
5. Amor: es un idolillo del dios libertad absoluta. Total culto al cuerpo. Amor de sentimiento, a primera vista. Amor que permite la infidelidad, el divorcio. Ya no es darse, sino sentir y gozar y abusar del otro. Amor pasajero, pues los sentimientos son pasajeros. Es un amor pordiosero que se contenta con migajas, que nunca está seguro, que no sabe a donde va, que sufre mucho y trata constantemente de acallar ese gemido interior con nuevas experiencias, que traen un analgésico cada vez más pasajero, y que aumenta la desesperanza. Digamos que el hombre ha sido hecho para amar. No meramente para sentir amor.
Hoy nos conducimos como paganos, adorando ídolos (Is 30, 1-5). Con estos ídolos no podemos construir la ciudad de Dios, la civilización del amor. Se nos exige una verdadera cruzada.

lunes, 10 de agosto de 2009

Pastoral Penitenciaria busca a Cristo entre los más pobres

Asunción (Lunes, 03-08-2009, Gaudium Press)

Identificar a Cristo con los más pobres entre los más pobres, como son las miles de personas que se encuentran privadas de su libertad en las penitenciarías del cono sur latinoamericano, es el objetivo principal de la pastoral carcelaria que en el presente mes reunirá a pastores y expertos en la capital paraguaya.
Del 19 al 23 de agosto, se realizará en Asunción el "Encuentro Internacional de la Pastoral Penitenciara", organizado por la JUCALAYC (Juristas Católicos Latinoamericanos y del Caribe) y el Ampliado de la Pastoral Penitenciaria del Cono Sur, donde estarán representantes de los siguientes países: Brasil, Argentina, Chile, Uruguay y Paraguay
En dicho evento se tratarán temas como la situación de los reclusos en las distintas penitenciarías del Paraguay y de los demás países, y el análisis del trabajo pastoral que se realiza con ellos. Así también se estudiarán algunos pronunciamientos de la Iglesia sobre pastoral carcelaria, además de otros documentos.
Se reforzarán los estudios en los fundamentos doctrinales de la Pastoral Penitenciaria, en los cimientos, las bases, la concepción más profunda, que orienta la tarea como discípulos misioneros de Cristo en el mundo de las cárceles.
Expresa uno de los documentos a analizarse durante el encuentro:
"Nuestra misión en todos los ámbitos de la cárcel es ir al encuentro de Cristo identificado con los más pobres entre los pobres, Él es el camino, la Verdad y la Vida.
La persona, creada a imagen y semejanza de Dios, es una unidad, no creemos en la dualidad que divide cuerpo y alma, por eso nuestra preocupación es todo hombre y todos los hombres, en palabras de Pablo VI.
La gloria de Dios es que el hombre viva, ninguna persona es desechable, ni menos digna que otras, (Cfr. Aparecida 65).
El documento de Aparecida manifiesta que uno de los rostros que nos duele es el de los detenidos en cárceles. Especialmente nos importan los hombres y mujeres crucificados hoy en nuestro continente."

domingo, 9 de agosto de 2009

De ángeles a demonios

Veinte mil chicos presos en la Argentina

Fuente: Tercer Mundo Online
Por Carlos del Frade.- APE


En el país que alguna vez creyó en que los niños eran los únicos privilegiados.
Medio siglo después, la campana invertida. Los pibes son, ahora, los primeros perjudicados.
Es necesario hacer un ejercicio de imaginación para pensar en la dimensión, en el espesor de la cifra, del número.
En las principales provincias del país patas arriba, los pueblos se convierten en ciudades cuando superan los diez mil habitantes.
Ahora sí la propuesta.
Imagínese director de cine o videasta.
Su idea es reflejar lo que sucede a las doce del mediodía en dos ciudades del sur del mundo. La cámara arranca, a la altura de los hombros, caminando por los arrabales. Muestra comercios, chicas y chicos jugando, saliendo de las escuelas y entrando a los comedores, carritos empujados por caballos cansados repletos de basura y comercios chicos y multicolores que venden promesas de alegrías rápidas. Ahora la imagen se trepa al carro y avanza por una avenida y cada vez se ven más autos, más negocios, más luces, más gente, más parques, más movimiento. El ritmo es cada vez más frenético. Y repite la imagen en otra ciudad. Gente y gente, dos ciudades en movimiento en el horario pico del mediodía. Y de pronto la imagen se queda huérfana de personas. Quedan los edificios, las avenidas, las calles de tierra, los comercios, las fábricas, las canchas de fútbol; todo se queda sin nadie. Es la ausencia de la vida. Ha desparecido la gente en dos ciudades argentinas.
Ese es el tamaño de la cifra. Veinte mil pibes presos en el país.
Dos ciudades encerradas. Dos ciudades vacías de gente.
Hay dos ciudades de chicas y chicos que existen entre rejas.
Ese es el grado de persecución contra los pibes.
Del paraíso prometido, al infierno construido.
Hay que instrumentar políticas sociales, le pidió la Comisión Interamericana de Derechos de Humanos al gobierno argentino.
Se basan en estos datos: "hay 19.579 personas menores privadas de su libertad" en la Argentina, de las cuales "el 87,1 por ciento" se encuentra en esa situación "por causas no penales". Están "judicializados y separados de sus familias en razón de su situación social", en contra de lo que marcan las normas internacionales vigentes. Aunque fuentes de la propia administración nacional indicaron que los verdaderos números alcanzan a 23 mil niños, niñas y adolescentes, remarcaron los medios de comunicación que publicaron la solicitud del organismo internacional por la suerte de los pibes argentinos.
La Comisión también hizo hincapié en que "desde 1997 hasta la actualidad la justicia de menores de la Argentina ha aplicado 14 sentencias de reclusión y prisión perpetua a adolescentes, en abierta contradicción con la Convención sobre los Derechos del Niño".
En la Argentina crepuscular de principios del tercer milenio, los pibes se han convertido en demonios que deben ser exorcizados.
No se trata de una contradicción, sino de la más palpable y flagrante demostración de la destrucción de un sueño de país.

sábado, 8 de agosto de 2009

Esperándome a mí mismo

En algún momento llego al punto
en que ya no puedo
culpar a nadie por lo que es mi vida.
Debo hacerme cargo
de que soy como soy.

Si no hago más que buscar
sin atreverme a encontrar,
estaré huyendo de ti, mi Dios,
en búsqueda y en fuga permanente.

Salí huyendo
pero jamás me alejé del todo.
Me abatió el cansancio,
el cansancio de vida, y no obstante
siempre en algún lugar quedaba
un resabio de ti.

En todos los rincones,
en todos los confines te busqué,
y al fin tú me encontraste.

viernes, 7 de agosto de 2009

Criterios para la misión de la PP del Cono Sur

Una PP Cono Sur Cristocéntrica. Llamados a seguir a Jesucristo y a habilitar espacios para SU PALABRA. Por lo tanto queremos ir a su encuentro, ya sea en los Evangelios o en nuestros hermanos privados de libertad.
Una PP Cono Sur provocadora de encuentro. Nuestro caminar se basa en el encuentro mutuo, entre nuestros destinatarios y agentes pastorales. Con actitud de escucha y de conversión mutua.
Una PP Cono Sur que apuesta a la vida. A imagen y semejanza de nuestro Dios, que es un Dios de vivos (cfr. Mc 12,27).
Una PP Cono Sur servidora de LA PALABRA. Al servicio de la Vida Plena, que pasa y trasciende el respeto de los derechos humanos.
Una PP Cono Sur profética. Asumiendo la dimensión profética de nuestra acción pastoral, es decir que anuncie y denuncie, como lo presenta la rica tradición de nuestros mártires.
Una PP Cono Sur que vela por la dignidad de los hijos/as de Dios. Recordando al hermano/a privado/a de libertad la Buena Noticia de Ser Hijo de Dios.

Finalmente, nuestra Misión nos hace partícipes en la construcción de la sociedad, porque "la pastoral de la Iglesia no puede prescindir del contexto histórico donde viven sus miembros. Su vida acontece en contextos socioculturales bien concretos. Estas transformaciones sociales y culturales representan naturalmente nuevos desafíos para la misión de construir el Reino de Dios. De allí nace la necesidad, en fidelidad al Espíritu Santo que la conduce, de una renovación eclesial, que implica reformas espirituales, pastorales y también, institucionales”.
Esta misión de la PP del Cono Sur, en cuanto pública, implica también necesariamente un cambio en las condiciones sociales, económicas, políticas, pastorales, ... para seguir construyendo el Reino de Dios "ya", aunque "todavía no" sea hasta la plenitud.
Por eso, el ámbito de misión de la PP Cono Sur no el interior de la cárcel, ni exclusivamente pastoral; sino también se extiende al mundo de elaboración de las Políticas Públicas y a la sociedad en general.
Pretendemos como PP Cono Sur incidir en las Políticas Públicas, pues como "discípulos y misioneros de Cristo” iluminados por el Evangelio y la DSI "todos los ámbitos de la vida social. La opción preferencial por los pobres, de raíz evangélica, exige una atención pastoral atenta a los constructores de la sociedad".
No debemos, ni queremos estar ausentes en ese ámbito tan importante, en especial para los privados de libertad, pues la realidad de nuestras cárceles pone de manifiesto una pecado estructural del cual tenemos nuestra cuota de responsabilidad.

jueves, 6 de agosto de 2009

Oración del Rosario

Nos llegó un mensaje preguntando sobre quién nos enseñó la oración del rosario y en qué consiste, aquí va la respuesta. No tenemos tu dirección debido a que el mensaje es anónimo. Si querés comunicarte con nosotros podés enviarnos un mail a la dirección pastoralpenitenciaria@hotmail.com o dejar en los comentarios del blog tu dirección de correo y te lo enviamos. Un abrazo fraterno a quienes nos acompañan por este medio.

Origen del Rosario

Se dice que el Rosario fue instituido por Santo Domingo de Guzmán, el fundador de la Orden de Predicadores, conocidos como los Dominicos. Pero, sin quitarle a Santo Domingo su aporte, el origen remoto del Rosario es anterior a Santo Domingo.

De hecho, siglos antes de este Santo fundador, los monjes recitaban de manera regular todo el Salterio (la colección de 150 Salmos de la Sagrada Escritura). Pero sucedía que los hermanos legos que formaban parte de las comunidades monacales eran analfabetos y no podían leer los Salmos. Para ellos se ideó una forma de oración que pudiera ser fácilmente memorizable.

La primera oración que se escogió para repetir unas 50 o 100 veces, dependiendo de las circunstancias, fue el Padre Nuestro. A raíz de este ejercicio repetitivo y para facilitar el conteo, surgió en Inglaterra un gremio de artesanos especializados en fabricar lo que hoy conocemos como un rosario. De hecho, hay en Londres una calle llamada “Pater Noster Row” (Hilera de Padre Nuestros), la cual recuerda la zona en que estos artesanos fabricaban estas cuentas.

Los rosarios que fueron originalmente utilizados para contar los Padre Nuestros, a partir del Siglo XII fueron utilizados para comenzar a contar “Salutaciones Angélicas”, que eran la primera mitad de lo que hoy conocemos como el Ave María. (“Jesús” y la segunda parte de esta oración fue agregada algún tiempo después, en 1483). Cada Ave María se seguía con la alusión de un pasaje evangélico en forma de jaculatoria, las cuales llegaron a ser unas 300.

¿Cuál es, entonces, el verdadero aporte de Santo Domingo de Guzmán? El Rosario, como hoy lo conocemos, surgió en el Siglo XV y se hizo muy popular por la predicación de un Sacerdote Dominico, Alan de Rupe (+1475). La creencia de que la devoción del Santo Rosario fue revelada a Santo Domingo (+1221) se basaba en una visión de Rupe sobre Santo Domingo y el Rosario.

La historia cuenta que la Santísima Virgen se le apareció a Santo Domingo mostrándole una bella guirnalda de rosas, pidiéndole que rezara diariamente el Rosario y que enseñara a la gente a rezar el Rosario. En 1521 el Rosario fue simplificado por el dominico Alberto de Castello, quien escogió 15 pasajes evangélicos (los que ahora conocemos como 15 misterios). Luego el Papa San Pío V (1566-1572) definió mediante una bula el Rosario como lo conocemos hoy.

Y en nuestra época el Papa Juan Pablo II revitalizó el Rosario, añadiendo a los 15 Misterios ya conocidos, 5 Misterios más, referidos a la vida pública de Jesucristo. En la Carta Apostólica “El Rosario de la Virgen María” defiende y promueve esta práctica oracional mariana, además de presentar una amplia sustentación bíblica y teológica para esta devoción, intentando estimular a los Católicos a utilizarla más extensivamente y mostrando a los no-Católicos la bondad de esta oración.
Cómo rezar el rosario:

DARSE CUENTA

Me levanto una mañana,
salgo de mi casa,
hay un pozo en la vereda,
no lo veo,
y me caigo en él.

Día siguiente...
salgo de mi casa,
me olvido de que
hay un pozo en la vereda,
y vuelvo a caer en él.

Tercer día,
salgo de mi casa tratando de acordarme,
que hay un pozo en la vereda,
sin embargo
no lo recuerdo
y caigo en él.

Cuarto día,
salgo de mi casa tratando de acordarme
del pozo en la vereda,
lo recuerdo y a pesar de eso,
no veo el pozo
y caigo en él.

Quinto día,
salgo de mi casa,
recuerdo que tengo que tener presente
el pozo en la vereda,
y camino mirando el piso,
lo veo y a pesar de verlo,
y caigo en él.

Sexto día,
salgo de mi casa,
recuerdo el pozo en la vereda,
voy buscándolo con la vista,
lo veo intento saltarlo,
pero caigo en él.

Séptimo día,
salgo de mi casa
veo el pozo, tomo carrera, salto,
rozo con las puntas de mis pies el borde del otro lado,
pero no es suficiente y caigo en él.

Octavo día,
salgo de mi casa,
veo el pozo, tomo carrera, salto, llego al otro lado!
Me siento tan orgulloso de haberlo conseguido,
que festejo dando saltos de alegría...
y al hacerlo,
caigo otra vez en el pozo.

Noveno día,
salgo de mi casa,
veo el pozo, tomo carrera, lo salto,
y sigo mi camino.

Décimo día,
me doy cuenta recién hoy
que es más cómodo caminar...
por la vereda de enfrente.

miércoles, 5 de agosto de 2009

Seis nuevos sacerdotes para la arquidiócesis de Rosario

AICA

El jueves 6 de agosto, día de la Transfiguración del Señor, a las 19.30, en la parroquia Santísimo Sacramento (Bulevar Oroño 3451, Rosario), monseñor José Luis Mollaghan, arzobispo de Rosario, conferirá el orden presbiteral a los diáconos Fabián Alberto Belay, Gastón Alejandro De Donatis, Román Ángel Lucero, Hernán David Medicina, Armando Javier Perelló y Jorge Fabián Poggetti.

Los futuros sacerdotes eligieron el salmo “Te doy gracias, Señor, por tu amor. No abandones la obra de tus manos”, como lema de ordenación sacerdotal.

Proceden de las parroquias Nuestra Señora de Fátima, Nuestra Señora del Rosario (catedral), Nuestra Señora de la Consolata, San Pablo, San Antonio de Padua y del Santísimo Sacramento, respectivamente.

Los seis culminaron los ejercicios espirituales el pasado 30 de julio, en cuya misa de clausura hicieron el juramento de fidelidad antes de recibir la sagrada ordenación.

La celebración eucarística, con imposición de manos, será presidida por monseñor Mollaghan y concelebrada por el vicario general, monseñor Emilio Cardarelli; el rector del Seminario, presbítero Gustavo Rodríguez; los formadores, los miembros del Consejo Presbiteral y el clero arquidiocesano.+

martes, 4 de agosto de 2009

San Juan María Vianney

He resuelto convocar oficialmente un “Año Sacerdotal” con ocasión del 150 aniversario del “dies natalis” de Juan María Vianney, el Santo Patrón de todos los párrocos del mundo, que comenzará el viernes 19 de junio de 2009, solemnidad del Sagrado Corazón de Jesús –jornada tradicionalmente dedicada a la oración por la santificación del clero–. Este año desea contribuir a promover el compromiso de renovación interior de todos los sacerdotes, para que su testimonio evangélico en el mundo de hoy sea más intenso e incisivo, y se concluirá en la misma solemnidad de 2010.
“El Sacerdocio es el amor del corazón de Jesús”, repetía con frecuencia el Santo Cura de Ars

...

Confío este Año Sacerdotal a la Santísima Virgen María, pidiéndole que suscite en cada presbítero un generoso y renovado impulso de los ideales de total donación a Cristo y a la Iglesia que inspiraron el pensamiento y la tarea del Santo Cura de Ars. Con su ferviente vida de oración y su apasionado amor a Jesús crucificado, Juan María Vianney alimentó su entrega cotidiana sin reservas a Dios y a la Iglesia. Que su ejemplo fomente en los sacerdotes el testimonio de unidad con el Obispo, entre ellos y con los laicos, tan necesario hoy como siempre. A pesar del mal que hay en el mundo, conservan siempre su actualidad las palabras de Cristo a sus discípulos en el Cenáculo: “En el mundo tendréis luchas; pero tened valor: yo he vencido al mundo”
(Jn 16, 33). La fe en el Maestro divino nos da la fuerza para mirar con confianza el futuro. Queridos sacerdotes, Cristo cuenta con vosotros. A ejemplo del Santo Cura de Ars, dejaos conquistar por Él y seréis también vosotros, en el mundo de hoy, mensajeros de esperanza, reconciliación y paz.
Con mi bendición.

Vaticano, 16 de junio de 2009.

BENEDICTUS PP. XVI


Palabras del Cura de Ars
Con sus palabras, Juan María Vianney supo tocar los corazones y conducirlos hacia Dios.

Misericordia y sacramento del perdón
¡Si comprendiéramos bien lo que significa ser un hijo de Dios, no podríamos hacer el mal (…) ser hijos de Dios, oh la bella dignidad!

La misericordia de Dios es como un arroyo desbordado. Arrastra los corazones cuando pasa.

No es el pecador que vuelve a Dios para pedirle perdón, es Dios que corre detrás del pecador y lo hace volver a Él.

Demos entonces esta alegría a este Padre bueno: volvemos a Él … y seremos felices.

El buen Dios siempre está dispuesto a recibirnos. ¡Su paciencia nos espera!

lunes, 3 de agosto de 2009

LA PRUDENCIA

  • La prudencia es la primera de las cuatro virtudes cardinales que inclina a la elección y al empleo recto de los medios adecuados para la consecución del fin. La prudencia es la ciencia de los santos. “Sigue el consejo de los prudentes, y no desprecies ningún buen consejo” (Tob. 4, 18)
  • La prudencia nos enseña a examinar con discreción lo que es bueno para practicarlo y lo que es malo para evitarlo, lo que es verdadero y lo que es falso...” El prudente ve el peligro y se esconde, el simple sigue adelante y la paga (Prov. 27, 12)
  • La prudencia es la reina de las virtudes morales en cuanto que a todas las preside y gobierna, de tal suerte que, en el momento que alguna de ellas se ejercitara imprudentemente, dejaría de ser virtud para convertirse en vicio”. Sin la prudencia todas las demás virtudes pierden su brillo y hermosura.
  • La prudencia nos pide discreción en el hablar, en el trabajo, en el vestido..., en cuantas cosas hacemos. “Pensad dos veces las palabras antes de que las profiera la lengua... Quitad la prudencia y la virtud será vicio”. (San Bernardo)
  • La prudencia es el ojo y el piloto del alma, así como de todos los movimientos y acciones. El prudente es, pues, el que ve de lejos. (Santo Tomás)
  • Séneca dijo: “El que no sabe callar, no sabe hablar”, No obréis pronto sino después de haber examinado cuidadosamente; no reflexionar es locura”
  • La prudencia es la ciencia del discernimiento entre el bien y el mal... “Un hombre falto de prudencia es semejante a un navío sin piloto, que es llevado de acá para allá, como juguete de los vientos...” (San Basilio)
  • El hombre prudente mide sus discursos y los pesa en la balanza de la justicia, para que haya gravedad en su razón y peso en lo que dice. Obrando así manifiesta dulzura, bondad y modestia”. (San Ambrosio)
  • ¿Qué nos enseña la prudencia? Nos enseña a ser dóciles, a saber aconsejarnos de los más prudentes, a escuchar con paciencia, y cuando es razonable lo que dicen contra nuestra mala conducta, aceptarlo sin enfado, antes bien con agradecimiento, por cuanto que se nos dice para nuestro bien... Además nos enseña a hacer las cosas con diligencia, a no dejar para después lo que puedes hacer ahora, y a hacerlas a su debido tiempo.
  • El hombre prudente, según San Bernardo, no hace nada sin ser examinado y previsto estas tres cosas: 1 – Si lo que desea hacer está permitido, 2 – Si es conveniente, 3- si es ventajoso. Se deben medir los discursos y las palabras.
  • Jesús dijo: “Sed prudentes como serpientes y sencillos como palomas” (Mt. 10, 16) A la prudencia de la serpiente, que procura defender al cabeza de los golpes, ha de ir unida la sencillez de la paloma, o sea, la sinceridad de ánimo ajena a todo doblez y engaño.

domingo, 2 de agosto de 2009

Inseguridad, imputabilidad y pena

El psicoanalista Guillermo Greco advierte que no se debe confundir responsabilidad e imputabilidad con pena. Y señala que la discusión que falta, escatimada en los planteos por la mano dura y la baja de la edad de imputabilidad, es justamente sobre la pena: cuál debe ser, para qué sirve, a quién le sirve.

Por Guillermo Greco (Psicoanalista, miembro de Carta Abierta)
Página 12

Inseguridad

Cada vez que los medios nos conmueven con noticias de asesinatos cometidos con motivo de robo, predominantemente de automóviles, también se difunden reclamos de mano dura y pena de muerte, a lo que se agrega, cuando el sospechoso de asesinato es un menor de edad, la reducción de la edad mínima de imputabilidad penal.
Es sabido que los automóviles robados se venden por partes o íntegros con documentación falsa. El robo es el primer eslabón de un negocio basado en el libre juego de la oferta y la demanda. Mientras haya consumidores dispuestos a pagar por mercadería robada y empresarios que obtengan un beneficio por su venta mismas continuarán el robo de autos, la piratería del asfalto, el mercado negro de armas, la venta de paco y los asesinatos consecuentes. La mano dura no inhibirá el negocio, ya que sólo afectaría a los ladrones, mano de obra barata, abundante y fácilmente reemplazable.
La violencia doméstica, los asesinatos pasionales o en riña, las violaciones y los fusilamientos sin sentido provocados por pistoleros alucinados responden a una lógica diferente. En general, son actos compulsivos que una vez efectuados aportan a sus actores una cuota de satisfacción. Quien tenga mínimos conocimientos de psiquiatría o psicología sabrá que esos actos no serán inhibidos por la posibilidad de que el autor sea condenado a muerte.
Los secuestros, los asesinatos que se producen a causa de robos a clientes de bancos o a camiones de caudales o las acciones de bandas que disputan por el control del mercado de la droga o la prostitución implican un nivel de organización, de decisión y profesionalización que sólo puede ser combatido desde un dispositivo de inteligencia policial amplio y eficiente.
Imputabilidad

Cuando un menor de edad está implicado en un asesinato se escuchan voces que piden la reducción de la edad mínima de imputabilidad creyendo que esa medida ayudaría a mejorar las condiciones de seguridad, pero la imputabilidad o inimputabilidad es una cuestión de justicia más que de seguridad. Se trata de una resolución judicial que significa que el juez considera que el acusado reúne o no las condiciones subjetivas necesarias como para soportar un proceso penal, que se le puede atribuir o no un delito y eventualmente la culpabilidad, pero nada dice respecto del veredicto final (culpable o inocente) y menos aún respecto de la pena que le correspondería en caso de ser hallado culpable. Pero cuando interviene el juez el delito ya se produjo; lo que se espera de él es que le haga pagar sus cuentas al culpable, pero lo hecho, hecho está. Los problemas de seguridad, entonces, deben ser resueltos antes de que se plantee la cuestión de la inimputabilidad.
De todos modos, la inimputabilidad merece ser debatida porque produce un resultado paradojal, ya que abre las puertas a dos opciones: en una de ellas, el inimputable, sin proceso, sin veredicto de culpabilidad, puede ser privado de su libertad por un tiempo indefinido sin posibilidad de ejercer el legítimo derecho a la defensa; en la otra, sin proceso, puede ser puesto en libertad convalidándose la impunidad del crimen y despertando los lógicos reclamos de la sociedad. En ambos casos el declarado inimputable es expulsado del campo de la responsabilidad, ya no tiene que responder por sus actos. ¿En qué se convierte un sujeto que es cercenado de su responsabilidad? ¿Qué consecuencias sociales produce esa operación judicial?
Cuando un juez dictamina que el acusado es imputable o inimputable fundamenta su decisión en un conjunto de teorías ajenas al orden jurídico: religión, ideologías, filosofía, psicología, psiquiatría, antropología y ahora, también, psicoanálisis, verdadera ensalada discursiva encarnada en los peritos. El juez se dirige a ellos y les pregunta: “El acusado, ¿comprende la criminalidad del acto y dirige el sentido de su acción?”. Con más o menos discurso le dirán que sí o que no. No importa. Porque el problema es la pregunta. ¿Cuál es el fundamento de esa pregunta? ¿Por qué le dan tanta importancia a la capacidad de comprensión y a la libertad de la voluntad? En algún momento habrá que detenerse a debatir profundamente esta cuestión.
En relación con los menores de edad, el juez no formula esta pregunta para cada caso en particular, como ocurre con los adultos, sino que se establece un enunciado-respuesta universal. Todos los menores son inimputables porque son clasificados dentro de una categoría subjetiva que se supone es homogénea para todos aquellos que tengan menos de 14, 16 o 18 años, según al manual que se consulte.
Independientemente de la teoría que se sustente, la discusión que se centra en la edad mínima a considerar es un insulto a la razón y un intento de resolver el problema por vías administrativas. Tome usted la edad que más le guste; un día antes del cumpleaños el menor es inimputable, al día siguiente será imputable. ¿Acaso alguien puede sostener con un mínimo de seriedad que después del cumpleaños “x” todos accedemos a esa condición subjetiva que algunos llaman responsabilidad o madurez emocional de la que se carecía un día antes? Parece mentira pero se le da la última palabra a la partida de nacimiento.
Vamos directamente al grano. ¿Los menores de edad son responsables de sus actos? La mayoría de los teóricos dirá, supongo, que no. Peor cuando los adultos retamos o castigamos a los niños que han transgredido una norma, sin ninguna justificación teórica, les estamos suponiendo responsabilidad. Normas de cortesía, de disciplina, de tránsito, de juego, morales; si un niño las transgrede le reclamamos por su acto. Si no lo hiciéramos, si consideráramos que los menores de edad no son responsables de sus actos entonces, la educación se reduciría a una forma de adiestramiento.
Es cierto que en la mayoría de los casos el dispositivo de penalización no es judicial, sino que asumen esa función la familia, la escuela o el club. Y bien, ésa es la cuestión; no confundir responsabilidad e imputabilidad con pena.
La responsabilidad no es un observable, resultado de un proceso de maduración emocional, tampoco es una destreza que se adquiere por maduración neurológica y entrenamiento como usar cuchillo y tenedor o atarse los cordones de los zapatos. La responsabilidad no depende del libre albedrío, esa invención de los teólogos que quieren exculpar a Dios de las maldades realizadas por sus criaturas, ni se anula cuando se encuentra algún determinismo para el acto criminal. La responsabilidad infantil no florece con la ampliación de la conciencia moral o cognitiva sino que resulta de la interpelación de los adultos. Es la respuesta a esa interpelación.

Pena

El plan es sencillo. Un crimen, un castigo. Consigna fácil para ganar la adhesión de la clase media en la campaña electoral pero: ¿Cuál castigo? ¿Cortarle una mano al ladrón? ¿Matar al que mata, como se pide por televisión? La ley del Talión ofrece un código sencillo y práctico. El único problema es que retrotraería la civilización actual a épocas de barbarie religiosa. ¿Se le debe imponer a un menor la misma pena que a un adulto? Lo fundamental no es si se priva de su libertad a alguien por un año, tres, cinco o doce. Lo que importa es qué se hace con él durante ese tiempo. Un año en la cárcel o un instituto (¿hay diferencias?) es tiempo suficiente para transformar a un menor, delincuente ocasional, en un consuetudinario criminal o en alguien que crea que hay una vida digna de ser vivida.
¿Cuál debe ser la pena? ¿Para qué sirve? ¿A quién le sirve? ¿Todos los culpables que cumplieron su pena están en condiciones de reintegrarse pacíficamente al lazo social? ¿Hay que hacer diferencias entre el ladrón-asesino y el violador-asesino? Esta es la discusión que falta y que está velada detrás de los debates por la reducción de la edad de imputabilidad.