Si yo no pudiera ser el árbol frondoso,
permite que sea el pequeño arbusto...
Si yo no pudiera ser el río caudaloso,
permite que sea el pequeño riacho...
Si yo no pudiera ser el rico palacio,
permite que sea la humilde cabaña...
Si yo no pudiera ser la gran ruta,
permite que sea el estrecho sendero...
Si yo no pudiera ser la exuberante rosa,
permite que yo sea la más humilde violeta...
Si yo no pudiera ser la luz,
permite que sea al menos un reflejo...
Si yo no pudiera ser el amor,
permite que sea, entonces, la amistad...
Pero permíteme Señor que sea alguna cosa para que al final de esta vida,
alguien se acuerde de mí como un alma humilde al servicio del creador...
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