
Esta realidad carcelaria nos interpela en nuestra fe.
Las cárceles son una ofensa a los ojos de Dios, porque sus hijas e hijos condenados a estar allí son lastimados en su dignidad y en ellos Dios mismo es violentado. Justamente son los más pobres entre los pobres. Y nuestra Misión es ir al encuentro de ellos porque estamos seguros ahí está el Señor.
Como PP del Cono Sur estamos dispuestos a ir a su encuentro, porque queremos ser "Discípulos y misioneros" de Jesucristo para que nuestros hermanos privados de la libertad, en Él tengan vida (cfr. Juan 14,6).
Nuestra misión la entendemos, la experimentamos y vivimos cuando recordamos aquella pregunta "¿Cuándo te vimos enfermo o en la cárcel y te fuimos a ver?" y Dios mismo en la persona de su Hijo Jesús nos responde: "En verdad les digo que cuando lo hicieron con algunos de estos más pequeños humildes, que son mis hermanos, lo hicieron conmigo" (Mt. 25,38-40)
Nos sentimos Iglesia en Misión en el Mundo de la Carcelación, por lo tanto queremos seguir los pasos y las actitudes de Jesús de Nazaret para ser servidores. Confiamos intensamente que el Espíritu Santo nos orienta en nuestro camina

Este "despertar misionero" que Aparecida fomentó, nos estimula a ponernos en "estado permanente de misión" para estar en comunión con toda la Iglesia del Continente.
Para cumplir con la misión y hacernos cargo de nuestra dimensión profética de Anuncio y Denuncia en el mundo de la carcelación, el "TODAVÍA NO" sigue siendo una invitación de Dios Uno y Trino a ser partícipes de la difusión y construcción de su Reino aquí y ahora.
una mirada hacia adentro para la misión continental