Hoy intentamos hacer nuestra visita semanal a nuestros hermanos privados de su libertad en la Seccional 4ta de Policía, cuando nos advierte el personal que estaba restringido el ingreso por encontrarse en la misma 7 personas afectadas con la Gripe A.
Seguramente al ver nuestros rostros de asombro ante tal situación nos mostraron el "Tamiflu" con el nombre de uno de los chicos, destacando que informan diariamente a las autoridades la situación sanitaria de los internos. En el penal de la comisaría hay actualemente entre 25 y 30 personas tiene un espacio común con un único baño y dos habitaciones, tiene escasa ventilación y un pequeño haz de luz natural cuando el sol se anima a traspasar la claraboya del techo que es alto gracias a la antigüedad de la construcción. El suelo es un contrapiso de material que sirve de cómplice para que persista la suciedad y humedad, al igual que sus paredes deterioradas.
Seguramente al ver nuestros rostros de asombro ante tal situación nos mostraron el "Tamiflu" con el nombre de uno de los chicos, destacando que informan diariamente a las autoridades la situación sanitaria de los internos. En el penal de la comisaría hay actualemente entre 25 y 30 personas tiene un espacio común con un único baño y dos habitaciones, tiene escasa ventilación y un pequeño haz de luz natural cuando el sol se anima a traspasar la claraboya del techo que es alto gracias a la antigüedad de la construcción. El suelo es un contrapiso de material que sirve de cómplice para que persista la suciedad y humedad, al igual que sus paredes deterioradas.
Todos conocemos, gracias a la gran difusión, las medidas para prevenir los contagios y el avance de el virus. Pero no todos tienen la posibilidad de llevarlas a cabo. Presos y policías tienen cómo única medida preventiva, el uso de barbijos de dudosa eficacia. Todos respiran el mismo aire viciado y comparten lo poco que tienen. No hay lugar aislado ni adecuado para las personas engripadas.
Esta enfermedad ha desbordado el sistema de salud de todo el país, causando la muertes de un número de personas que el Estado no se decide a asumir aún. Es responsabilidad de las autoridades competentes del Poder Ejecutivo como de los jueces que disponen la detención de estas personas tomar las medidas adecuadas para no sufrir consecuencias lamentables, debido a la falta de atención y condiciones adecuadas para recuperarse, y la propagación del virus a sus compañeros, familias y personal policial.
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