no congeles el júbilo,
no quieras con desgano,
no te salves ahora
ni nunca,
no te salves.
No te llenes de calma,
no reserves del mundo
sólo un rincón tranquilo,
no dejes caer los párpados
pesados como juicios,
no te quedes sin labios,
no te duermas sin sueño,
no te pienses sin sangre,
no te juzgues sin tiempo.
Pero si
pese a todo,
no puedes evitarlo
y congelas el júbilo,
y quieres con desgano,
y te salvas ahora,
y te llenas de calma,
y reservas del mundo
sólo un rincón tranquilo,
y dejas caer los párpados
pesados como juicios,
y te secas sin labios,
y te piensas sin sangre,
y te juzgas sin tiempo,
y te quedas inmóvil
al borde del camino
y te salvas,
entonces...
no te quedes conmigo.
Poemas de otros (1973-1974)
MARIO BENEDETTI
MARIO BENEDETTI
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