Para definir la espiritualidad de la Pastoral Penitenciaria nos preguntamos: ¿qué es lo que da vida a nuestra Pastoral Penitenciaria? ¿Qué le da sentido a su existencia? La espiritualidad abarca toda la vida de la Pastoral Penitenciaria; es su forma de ser, de vivir, de sentir.
En un mundo que pretende encerrar el mal, sabemos que la violencia nunca puede superarse con violencia, sino sólo por la gracia y entrega de la vida, como ha mostrado Jesucristo. La cárcel no es cristiana: ella pertenece al orden viejo de este mundo que sigue utilizando medios de violencia y venganza para mantenerse.
Nuestra espiritualidad se basa en nuestra propia vulnerabilidad; partimos de la experiencia personal de este Jesús que nos amó a cada uno, a nosotros que somos pecadores, con amor humano.
Jesús nos rescató, nos liberó, nos salvó. Estábamos esclavizados por tantas cosas, y Jesús nos liberó. Y ahora ESTAMOS ENAMORADOS DE ÉL, queremos seguirlo; la finalidad de nuestro Apostolado es lograr que el otro se enamore de Jesús.
El amor que hemos recibido y que sentimos, queremos que también lo experimente el otro, nuestro hermano: "No queremos que te pierdas esto que estamos viviendo. Si el peso de tus pecados te abruma, Jesús los llevó a la cruz y quiere que te liberes. Jesús quiere que experimentes la libertad.” “Y que la celebres a esta libertad, volviendo a encontrarte con nosotros, con vos mismo, con los demás, con Él”. Esto es celebrar la RECONCILIACIÓN.
“Espiritualidad y mística de la Pastoral Penitenciaria”. Javier Ladrón de Guevara y Claudio Castricone.
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