La Comisión Nacional de Pastoral de Drogadependencia, de la Conferencia Episcopal Argentina, realizó algunas consideraciones al fallo de la Corte Suprema de Justicia sobre la despenalización de la tenencia para el consumo de estupefacientes.
Compartimos el ánimo de toda Institución de la República que promueva acciones para no criminalizar al adicto. Estamos convencidos de que el adicto es un enfermo, huérfano de amor y que requiere de toda la atención y el afecto que le podamos dar. Es lo que hacía Jesús con los enfermos de su época, no los despreciaba, los sanaba y los devolvía a la sociedad. Abrazar a los enfermos, era un escándalo por aquel entonces. Acoger a un adicto hoy es vivir el Evangelio y hacer realidad la opción preferencial por los pobres, en este caso pobreza de amor y comprensión de una sociedad que los excluye. Entendemos el espíritu de la mirada jurídica, pero creemos que no es facilitando el consumo, ni haciendo aparecer como que está bien lo que está mal, que vamos a superar este creciente flagelo de las drogas, particularmente en nuestros jóvenes y adolescentes. La droga, sinónimo de muerte, es un mal y al mal no se le hacen concesiones. Seguimos sin atacar las causas y vamos solo, a través de una mirada parcial y no integral, a considerar un aspecto del problema, el jurídico. En este momento, donde la pobreza y la exclusión angustian a nuestra gente y en especial a los más humildes, medidas que puedan facilitar el consumo generan confusión y aparecen como a destiempo, desenfocadas de la realidad social. Las políticas públicas deberían orientar sin dudas a desalentar el consumo de drogas. El fallo también exhorta a contar con una política de Estado que promueva la educación, la prevención y la salud. Es urgente dar pasos hacia soluciones integrales. La droga no se combate solo con intervenciones de índole sanitaria y judicial, es necesario crear relaciones humanas ricas en valores espirituales y afectivos. Hay que buscar en la raíz de la adicción un vacío existencial, un anhelo de sentido para la vida. El mensaje a toda la sociedad y en especial a nuestros chicos creemos que debe ser claro: “No es bueno que te drogues”. Y a los familiares y amigos de los adictos: “Estamos con vos para ayudarte”. La Iglesia defiende la VIDA y propone educar para la salud y para la vida. El facilitar el consumo no es bueno, es malo, y va en contra del principio fundamental de que el hombre ha sido creado para la vida y no la muerte. No caben dudas de que es necesario redoblar esfuerzos para combatir las redes mafiosas de los mercaderes de la muerte. No hay que darle espacio territorio al narco – negocio. Pero recordando siempre que en el centro del problema está el hombre y sus vínculos. El hombre que necesita encontrar un verdadero sentido a su vida y poder vivirla dignamente con la libertad de los hijos de Dios. Hacemos votos para que la sociedad en su conjunto se involucre para formar una verdadera RED SOCIAL que dé respuestas concretas a esta enfermedad de nuestro tiempo. La batalla contra la droga se gana en la EDUCACIÓN y PREVENCIÓN creando fuertes vínculos sociales a través de la SOLIDARIDAD y la búsqueda del BIEN COMÚN. En este día en que celebramos al Beato Ceferino Namuncurá, confiamos a su cariño por los humildes nuestro compromiso por los que más sufren. Informes: http://www.reddevida.org/ o por correo electrónico mailto:reddevida.org@gmailcom .+
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