Mauricio: Quien sabe ¿Ha pasado alguna vez por detrás de la cárcel?
Isabel: ¿Para qué? Es un baldío triste, lleno de hierro viejo y de basura.
Mauricio: Pero sobre ese baldío hay una reja y aferrado a esa reja un hombre siempre solo, sin más que ese paisaje sucio delante de sus ojos. Pase usted por allí mañana al mediodía, y mire hacia la reja, y sonría. Nada más. Al día siguiente vuelva a pasar a la misma hora. Y al otro; y al otro.
Isabel: No comprendo.
Mauricio: La peor angustia de la cárcel es el vacío, que hace inacabable el tiempo. Cuando ese hombre vea que el milagro se repite, hasta las noches le serán mas cortas, pensando: “MAÑANA, AL MEDIODÍA...”
Extracto de “Los Árboles mueren de pie”, de Alejandro Casona
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